Las luces volvieron a caer sobre mí, esta vez ya no de sorpresa. Entramos todos en fila, silenciosos, en procesión hacia este templo donde los himnos suenan muy a lo lejos; la atmósfera estaba fría, pero eso luego cambió. Guardé mis recuerdos en mi bolsillo derecho.
Todos recordamos y nos mezclamos, caminé dubitativo entre la gente que desde luego quisieron hacerme sentir muy suficiente. Mi chaqueta acalorada cubrió mis recuerdos y quise bailar, solitario, a ratos feliz, con estas personas que se animaron en cuidarme.
Guardé mis inseguridades en mi bolsillo izquierdo. Los fantasmas comienzan a aparecer, me saludan desde la capucha del polerón de cada chico que se cruza en mi camino; trato de relajarme y bebo un poco… un poco más que antes… luego voy al baño, pienso, y me miro al espejo, y mi bolsillo izquierdo comienza a palpitar cada vez más fuerte, como queriendo explotar. Mi maestro de ceremonias me sorprende: trata de hacerme sonreír con cada comentario, y lo logra, y yo sonrío agradecido.
Acá todos quieren ser primeros, y no me importa… yo bailo lo que quiero; mis bolsillos se calman y los fantasmas dejan de saludarme, tratan de sonreírme y me invitan a seguir. Sigo bailando; nuevas, actuales y antiguas amistades aparecen y comienzo a pensar en mi lugar en este universo. Rompí homeostasis. Nadie se da cuenta, nadie lo nota, y sólo yo se que en un preciso momento el lugar es mío, y disfruto, con una sola canción, que sin querer queriendo se transforma en plástico significativo. Nadie se da cuenta por qué canto tan alto, y nadie, absolutamente nadie sabe que en mi cabeza hay rostros que me recuerdan sensaciones que siempre quiero tener… momentos.
Todos aparecen, y las luces caen en el momento justo en que mis bolsillos están tranquilos, y siento el poder, e incluso el cuidado superficial y básico de todos los discípulos ya borrachos de este templo brillante.
Todos recordamos y nos mezclamos, caminé dubitativo entre la gente que desde luego quisieron hacerme sentir muy suficiente. Mi chaqueta acalorada cubrió mis recuerdos y quise bailar, solitario, a ratos feliz, con estas personas que se animaron en cuidarme.
Guardé mis inseguridades en mi bolsillo izquierdo. Los fantasmas comienzan a aparecer, me saludan desde la capucha del polerón de cada chico que se cruza en mi camino; trato de relajarme y bebo un poco… un poco más que antes… luego voy al baño, pienso, y me miro al espejo, y mi bolsillo izquierdo comienza a palpitar cada vez más fuerte, como queriendo explotar. Mi maestro de ceremonias me sorprende: trata de hacerme sonreír con cada comentario, y lo logra, y yo sonrío agradecido.
Acá todos quieren ser primeros, y no me importa… yo bailo lo que quiero; mis bolsillos se calman y los fantasmas dejan de saludarme, tratan de sonreírme y me invitan a seguir. Sigo bailando; nuevas, actuales y antiguas amistades aparecen y comienzo a pensar en mi lugar en este universo. Rompí homeostasis. Nadie se da cuenta, nadie lo nota, y sólo yo se que en un preciso momento el lugar es mío, y disfruto, con una sola canción, que sin querer queriendo se transforma en plástico significativo. Nadie se da cuenta por qué canto tan alto, y nadie, absolutamente nadie sabe que en mi cabeza hay rostros que me recuerdan sensaciones que siempre quiero tener… momentos.
Todos aparecen, y las luces caen en el momento justo en que mis bolsillos están tranquilos, y siento el poder, e incluso el cuidado superficial y básico de todos los discípulos ya borrachos de este templo brillante.
Yo también genero fantasmas –ten por seguro que lo sé- y sé que esta canción eventualmente dejaré de sonar, y una vez más me importará… todo… y no querré dormir… nunca más.
4 comentarios:
Me gusto harto tu escrito, lo encontre notable y de corazon asi...
Brigio.
Saludos, abrazos y apoyo mi pequeño viti. Nos estamos viendo
Pancho ;) (Con todo el sabor del caribe)
Me encanta eso de dejar las cosas en los bolsillos.
saludos gil
Cómo va la marcha porel valle de lágrimas?
Ésta es la vida y no sé si hay otra, así que a vivirla a concho.
Un abrazo grande
me acabo de dar cuenta que yo tb escribí algo sobre los fantasmas... debe ser que inconscientemente me inspiraste a hacerlo
este fin de semana hablamos
un abrazo
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