Me dan ganas de vivir en esos lugares y hacer lo mismo todos los días, pero con un helado del Emporio en la mano; y luego juntarme con mis amigos igual de urbano-medio-ambientalistas-neo-liberales-indie-y-súper-conectados-con-su-lado-artístico/sensible, para tomarnos un trago y bailar en el lugar más snob que encontremos.
Ya, esa es la fantasía mientras me balanceo, porque ahora pienso en seguir columpiándome y hacer hora para Alicia (mi terapeuta) entre los árboles. Me da por escuchar música y mirar a la gente, sobre todo a las parejas: hetero, gay, lesbi, bien por el Parque y la diversidad.
Todo esto me pasa. Me acuerdo de la única vez que hice la cimarra, me vine al Forestal a estudiar (a estudiar!!!) toda una mañana; después, cuando llegué a casa, supe que mis papás me habían descubierto y que se habían pasado el rollo que me había estado drogando toda la mañana. Que tiempos.