Me llamo Victor, pero me dicen Viti. Cuando era chico me decían Vitito, pero me dejaron de decir así en la medida en que fui creciendo. Entonces podemos asumir que, en mi familia por lo menos, Vitito es diminutivo de Viti, y Viti es diminutivo de Victor.
Todo el mundo me dice así, menos el Peter y la Javi; el Peter me dice “mi amor”, y cuando se enoja y ocupa ese típico tonito sarcástico me dice Victor, en cambio la Javi me dice Vistor, lo cual agradezco bastante, ya que lo encuentro divertido. La cosa es que inevitablemente todos los que me conocen o los que comienzan a acercarse comienzan a decirme así.
A mí me da lo mismo, lo encuentro incluso original: “el Viti”, suena a mezcla entre mafioso italiano y artista circense. La cosa es que digo que me da lo mismo porque, de hecho, en algún momento me molestó, y mucho. Al momento en que mi tío profesor quien trabajaba en mi ex colegio, en aproximadamente 8vo básico me dice Viti en frente de mis compañeros; y ojo que no lo cuento como reproche, mal que mal, para él era común si todos en mi familia me dicen así.
En fin, mi tío me dice así en frente de mis compañeros. Sólo quien se educó en una institución educativa no-mixta y hegemónicamente masculina sabe lo importante que son las burlas en el grupo, sobre todo porque funcionan como pasaporte principal para la pertenencia y la aceptación de los pares; por lo mismo es que, después de haber escuchado a mi tío diciéndome así, obviamente comienzan a molestarme; en primer lugar porque Viti es tremendamente similar a Vicky (¿Qué tenemos los grupos de hombres con esto de ridiculizar al otro a partir de adjudicarle características femeninas?¿acaso tenerlas es ridículo?) y en segundo lugar porque Viti, al tener puras vocales “i”, hace que suene tremendamente ambiguo, ya que la letra “i” es ambigua.
La letra “i” suena de una manera tan putamente intersexual que llega a dar miedo, de repente por eso mismo es que este apodo podría funcionar de lo mejor para una mujer (algo similar pasa con Dani, he conocido a Danis hombre y Danis mujeres, la “a” es femenino, pero la “i” da la posibilidad de entrada para algo tanto femenino como masculino). Gonzalo es Talo, Fernando es Feña, Mauricio es Mauri o Mauro… pero Victor… es Viti… y Viti… ¡es Vicky!
Bueno, la verdad es que le estoy poniendo mucho, no estoy diciendo que haya sido víctima de bullying por tal pelotudez o algo parecido, de hecho, hubo mil cosas por las cuales fui victima de molestias (mis frenillos de colores, mi partidura al medio, mi “ch” bien y flaitemente marcada, etc.), y también con orgullo debo decir que yo también molesté, disfruté haciéndolo; destaco aquí nuevamente la idea de molestar para que te acepen; y nadie, NADIE se salvaba de esto, por lo menos en mi colegio.
La cosa es que, tema superado. Mi tío me dijo Viti en 8vo, y en 1ero medio todos me decía Viti. Lo mismo con mis amigos de la casa, y lo mismo con mis amigos de la U. Para todos ellos soy el Viti, y yo feliz con eso, y en paz con el apodo que alguna vez me dio vergüenza decir. Ahora, lo que si odio con toda mi alma y que de volado no lo he dicho, es que escriban Viti con una Y al final, o sea, Vity… lo odio con toda mi alma.
En fin, cuento esto porque hace algunos minutos atrás recordé algo que me pasó hace por lo menos cuatro o cinco años atrás: Iba caminando por el metro Tobalaba hacia su respectiva boletería, compro mi boleto y me dirijo a ponerlo, cuando de repente escucho “Viti, viti, ven para acá”, yo desconcertado me doy vuela, “¿Quién me llama?” pienso, cuando veo a una señora en cuclillas hablándole a un niñito de aproximadamente tres o cuatro años, “Viti, ven, Viti” le decía, asumiendo que el pequeño Viti se había escapado de su lado. Ahora ese Viti debe tener siete u ocho años aproximadamente. Tierno, ¿no?
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(La imagen del cantor canchero que puse al principio me salió al poner "Viti" en la sección de imágenes de Google).